domingo, 28 de septiembre de 2008
absurdo
Momento en el que no tengo ojos apuntándome. Nadie me ve, nadie me oye ni huele, nadie sabe lo que hago, sólo yo y mi yo más interno; nadie sabe lo que quiero, sólo yo, yo y mi memoria.
índice
Arranco, una por una, las hojas del cuaderno. Están numeradas. Empiezan por la A y terminan en la Z.
Arranco esas hojas del índice con espiral. Con bronca y venganza, separo cada pedazo de papel del metal. Lento, venganza, con dolor de panza, porque me duele romper mi cuaderno, no quiero seguir haciéndolo. Arrugo el papel en mi palma. No quiero seguir rompiéndolo.
Mi índice, sigue completo, bien numerado: empieza por la A y termina en la Z.
Arranco esas hojas del índice con espiral. Con bronca y venganza, separo cada pedazo de papel del metal. Lento, venganza, con dolor de panza, porque me duele romper mi cuaderno, no quiero seguir haciéndolo. Arrugo el papel en mi palma. No quiero seguir rompiéndolo.
Mi índice, sigue completo, bien numerado: empieza por la A y termina en la Z.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)